Hay algunos críticos famosos, sobre todo en países que tienen una gran industria cinematográfica como los yankies y los franceses. Paradójicamente en Argentina, un país sin una tradición cinéfila tan fuerte como los anteriores, hay cientos de críticos. Incluso creo que hay tantos teóricos del cine como psicólogos por estas tierras. Con eso le digo todo, señora.
Uno de ellos (por no decir el único) que goza de buena prensa es Roger Ebert, quien en 2002 fue diagnosticado con un cáncer de tiroides que se extendió a su lengua y mandíbula, por lo que perdió la capacidad del habla y le quedó una expresión facial horrible.
Existen también, aunque usted no lo crea
Es decir, al tipo le pagaban para elogiar y llenar de adjetivos como 'impactante', 'sublime', 'conmovedora' a películas que eran una verdadera bosta de camello, para poder promocionarlas y vender entradas. Un periodista lo investigó, sumó dos más dos y lo denunció, generando un bochornoso escándalo en los estudios.
Finalmente, Sony consintió en pagar un reembolso de 5 dólares (o sea nada) a todo espectador que se hubiese fumado esas basofias, vanagloriadas por un personaje que aseguraba formar parte del diario The Ridgefield Press, pero que en realidad no existía.
Otro crítico ficticio y genial por antonomasia es el gran Jay Sherman, protagonista de la serie animada 'El Crítico' creada por Al Jean y Mike Reiss, dos de los mejores guionistas de Los Simpson. La serie se caracteriza por tener una aguda y corrosiva visión sobre Hollywood y el superficial mundo del espectáculo, con un arsenal de gags y parodias muy divertidas.
Jay es un eterno loser, divorciado y con un hijo llamado Marty demasiado temeroso para seguir sus pasos. Su padre adoptivo, Franklin Sherman, es un desquiciado millonario que cada vez que aparece genera momentos delirantes. Es el mejor, lejos.
No escribo más de esta serie porque hay que verla. Aparte son pocos capítulos, 23, y se pasan volando. La pueden encontrar completa aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario