sábado, 24 de noviembre de 2012

I'll be back

Holanda!

Lo que nos reune en este día tan especial (hoy, pero hace muchísimos años, nació Spinoza, y hace muchos años pero menos que en el caso anterior, murió Freddie Mercury. Está bueno pensar que son la misma persona, que vivió mucho y se fue cambiando de nombre, pero durante toda su vida fue alguien importante) es que mi hermano se llevó todos los juegos, si no, en vez de estar escribiendo esto, estaría dándole duro y parejo al Batman: Arkham City.

Y en el superfluo espíritu de esta improvisación de tan mal gusto, aprovecho para anunciarles que la rueda deja de girar por un tiempo. ¿De qué rueda estás hablando, forro? pensarán ustedes, seguramente. Me refiero a que el presente blog se va a tomar unas vacaciones, principalmente debido a que tengo que rendir ciertos exámenes para entrar a cierta facultad.

Últimamente, mi vida se ha reducido a estudiar, viajar en bondi y estudiar. Sí, mis días están llenos de acción y adrenalina. Además, ver muchas películas y comentarlas en este antro no contribuye demasiado para aprobar un ingreso. Al menos eso me dijeron.

Probablemente vuelva a escribir ya el año próximo, para el que no falta tanto tampoco. Si es que no se cumplen (y ojalá lo hagan) las profecías mayas, claro.

Nos olemos luego, camaradas.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Brevísima introducción al cine de Wes Anderson

No es para nada difícil encasillar una película de Michael Bay porque, vamos, es acción y efectos especiales con una profundidad equivalente a una novela de Isabel Allende. O sea, no digo que sean un director y una escritora terribles, pero si Bay se decidiera a escribir probablemente pondría en todos sus libros chamanes y pigmeos, y Allende utilizaría a Shia LaBeouf para todos sus papeles principales.

Pero existe otro tipo de cine que roza lo inclasificable y juega con lo incasillable, o sea, hace incapié en lo indefinible. O definible, pero con un poco más de esfuerzo. Uno de los mejores ejemplos de esto es Wes Anderson.

Si bien se le puede inculcar el horroroso término acuñado por su servidor "comidrama" o "dramedia", que determina la mezcla entre drama y comedia, es injusto para las producciones que este director realiza. En todas ellas hay mucho humor, mucha extrañeza, relaciones humanas que parecen imposibles, personajes definidos de una manera casi obsesiva, y también mucho del tedio de lo cotidiano.

Con seis largometrajes y dos cortos en su haber: Bottle Rocket (1994)Hotel Chevalier (2007)se transformó en uno de mis directores preferidos, y no hay una sola cosa que haya producido que no sea totalmente recomendable, cada película con sus características individuales y con el sello que le da Anderson a toda su obra.

Por lo pronto si quieren empezar con algo, es probable que la mejor elección sea The Royal Tenenbaums (2001), que si bien no me parece su mejor película (y que no guarda relación alguna con el periodista de TN), es la más accesible en todo sentido. Aparte cuenta con las exquisitas actuaciones de su actor fetiche Bill Murray, los hermanos Wilson (usuales colaboradores), Ben Stiller, Anjelica Huston y Gene Hackman, entre varios otros.

Más adelante seguramente hablaré de sus otras producciones, mientras tanto, vean y vuelvan a ver ésta. Y ésta, también.

sábado, 10 de noviembre de 2012

¡Pero yo me lo veía venir!

Adolfo Bioy Casares utiliza como ejemplo para final sorpresivo, en algún prólogo, este soneto de Enrique Banchs. Yo prefiero utilizar como ejemplo la canción de Los Ladrones Sueltos, "No le dijo nada", porque la mina era calladita, y al final uno se entera que no podía hablar, y hasta en algún momento en el desarrollo de la cuestión da a entender que se aprovecha de su silencio, o sea que todo es bastante perverso. Claro que no sirve de mucho el final sorpresa de la letra si ya lo insinúan en el título, pero bueno, sospecho que una banda con un nombre así no se preocupaba demasiado por esas sutilezas.

Ahora, en un esfuerzo de memoria, voy a intentar consignar algunos de los mejores finales sorpresivos de la historia del cine*, y por qué no, algunos de los peores. Obviamente esto está repleto de spoilers, así que si no vieron alguna película, no lean.


Arlington Road (1999): Esta es medio deconocida, pero quién soy yo para juzgar. La cuestión es que un vecino como cualquier otro empieza a sospechar que otro vecino como cualquier otro es un terrorista. La película es del '99, así que estaba bien pensar que un ciudadano norteamericano podía hacer volar cosas en USA.  La cuestión es que entre la paranoia y las cosas que va descubriendo se termina de convencer, y comienza a tomar medidas para que el ataque que están planeando no pueda llevarse a cabo. Obviamente todo sale mal, lo que nos lleva al tremebundo final.

¿Cómo termina? ¿Por qué está bueno? Primero, porque ganan los malos, después, porque al pobre protagonista, un tal Michael, le faltó conocer una parte importante del plan: él. Todo estaba diseñado para que, en su desesperación, ingresara al edificio de nosedónde, pasando los controles de seguridad. Claro que los terroristas habían llenado su baúl con dinamita, o algo igualmente explosivo.

¿Y no se lo ve venir? No, no, claro que no. Tiene tanta pinta de thriller convencional que uno nunca sospecha nada, hasta el momento en que ve la cara de "uy, entré como un caballo" que pone Jeff Bridges justo al final.


Saw (2004): Es la única de la serie que vale la pena, por la novedad y por el final supersónico que se carga. El argumento es conocido, un loco que se hace llamar Jigsaw mete a unos cuantos infelices a una sala llena de trampas más o menos alegóricas y se van muriendo uno a uno, porque convengamos que las trampas duelen mucho y no hay muchas ganas de resolverlas. O sea, si el chabón pusiera un sudoku o uno de esos alambres retorcidos que venden los hippies en la plaza, sería todo mucho más fácil.

En la primera hay dos tipos que ni me acuerdo que hicieron encerrados en una pieza junto a un cadáver. Todo bien hasta ahí, uno se tiene que cortar una pierna, el otro tiene que matar al primero, o algo así, cosas típicas de la serie. Pero al final...

¿Cómo termina? ¿Por qué está bueno? ...resulta que el cadáver no es tal, si no que es el propio asesino, y que uno de los hombres se muere, y el otro, que sobrevive pero sin una pierna, es encerrado para toda la eternidad en el mismo cuartito, mientras pega un grito de lo más melodramático.


¿Y no se lo ve venir? No, no, claro que no. Uno piensa que alguien tiene que salir, o que los dos van a morir como ratas, pero nunca que EL ASESINO ESTÁ JUSTO AHÍ!



The Sixth Sense (1999): Era más que obvio que iba a estar, porque es uno de los mejores finales ever. No es que el resto de la película esté mala y el final la salva, si no que una vez que uno la ve, la puede volver a ver, y volver a ver, y volver a ver, y sigue estando bien. Es tan buena que le permitió a M. Night Shyamalan seguir robando con otros bodrios.

Si no vieron esta película son gente horrible y ya tienen una misión para su vida. Si tuvieron la mala suerte de conocer el final antes de verla, como me pasó a mí culpa de un idiota que se creía gracioso, veanla igual, porque rockea. Bruce Willis es un psicopedagogo que intenta ayudar a un niño con tremendos problemas. El pibe 
le dice que ve gente muerta y Bruce le cree. Ayudan a una niña muerta y todos felices, pero..

¿Cómo termina? ¿Por qué está bueno? ¡Bruce Willis está muerto! Es un fantasma y nunca se dio cuenta. Ayudó al niño desde la tumba, desde el más allá, desde el otro barrio, y ni él ni nadie lo sabía. Menos yo porque me contaron el final.

¿Y no se lo ve venir? Ni de chiste, bah, a menos que uno sea parapsicólogo o hable con gente muerta que ya la haya visto. Igual seguro que hay gente muy superada de la vida que anda por ahí diciendo "era obvio".

Algunos de los peores, y por qué:

Matrix II: Porque no lleva a nada.
The Butterfly Effect: Porque es ridículo.
Saw II, III, IV, V, VI y VII: Porque son todos iguales.
Signs: Porque es absurdo, y malo, y absurdo.
Vanilla Sky: Porque mezclar realidad con sueños, con criogenia es demasiado. Algo sobra.

Tengo más, pero ahora los dejo con éstos porque quiero jugar al Call of Duty. Si se acuerdan de alguno, comenten, no sean tímidos.

*Qué yo haya visto, recuerde, y considere relevante.

sábado, 3 de noviembre de 2012

¡Nueva sección!

Como habrán notado (y si no lo hicieron, da lo mismo) este es un blog bastante ecléctico y aleatorio. Algo así como un camaleón con desórdenes de personalidad. A veces es algo, otras veces otra cosa y la mayoría de las veces no es nada.

Hay recursos que se repiten bastante (ránkings eternos, críticas y recomendaciones tendenciosas, datos intrascendentes, uso excesivo de adjetivos, etc) básicamente debido a la inhabilidad para la escritura del autor y los nulos conocimientos gramaticales.

Hoy este sitio agrega un nuevo apartado llamado 'Fuera de foco' que contribuye a que el mismo siga mutando y reciclándose. Se trata de una flamante sección dedicada principalmente a los actores secundarios y extras, que iré actualizando en la medida que me dé la gana. Destinada a aquellos actores que ganan mucho menos que el carilindo protagonista, pero que muchas veces hacen un trabajo mucho mejor. Generalmente participan en películas independientes o vienen del teatro, o tienen algún rasgo que los identifica con cierto papel.


Para empezar, elegí a uno de mis favoritos: John Cazale. Un actor de reparto ítaloamericano medio feúcho, raquítico y de bajo perfil, pero que así y todo se levantó a Meryl Streep y fue capaz de robar cámara a actores de la talla de Al Pacino, Robert De Niro y Gene Hackman, entre otros.
Para mí Cazale es, fue y será siempre el incompetente, triste y traidor Fredo Corleone en la saga de The Godfather. Además ostenta una condición que mucha gente desconoce: actuó únicamente en cinco excelentes películas (Las primeras dos de The Godfather, The Conversation, Dog Day Afternoon y The Deer Hunter) y todas ellas resultaron nominadas al Oscar como Mejor Película. Un récord inédito, más allá de que se trata de unos premios muy devaluados. Como todos, bah.
Se murió joven, de cáncer de pulmón, antes de que su último film se estrenase. Su por aquel entonces prometida Meryl Streep y Michael Cimino, el director, tuvieron que convencer al productor, quien ni siquiera quería asegurarlo (murió a las pocas semanas de terminada la filmación) y De Niro terminó pagando de su bolsillo el caché de su colega y amigo. Lo cierto es que Cazale apareció póstumamente una vez más en pantalla en el año noventa, cuando se estrenó The Godfather Part III, en una escena retrospectiva en la que Michael recuerda la ocasión en la cual la familia se enteraba de su decisión de ir a pelear a la guerra.

Era muy amigo de Al Pacino, quien comentó en una oportunidad: 'Todo lo que yo quería hacer era trabajar con John por el resto de mi vida. Él era mi compañero de actuación'. Y yo me atrevería a decir que era el compañero de toda una generación.
Momento cinematográfico a través del cual lo recordaré siempre: El beso de Judas, momento en el cual empezamos a despedirnos de Fredo, que terminará durmiendo con los peces.