Este hombre ha actuado en más de cien películas, dirigido cuatro largometrajes, un corto y varios capítulos de series exitosas, lo que conlleva a preguntarse: ¿tiene tiempo para almorzar o para luego ir al baño a hacer sus deposiciones? ¿Steve Buscemi coge? Estoy seguro de que lo hace mucho más seguido que yo (¿eso lo pensé o lo escribí?).

Sin embargo, es principalmente conocido por sus memorables actuaciones en los films de los hermanos Coen y de nuestro amigo Quentin Tarantino.
Junto a su frenética forma de hablar con esa voz tan característica, otro de sus puntos fuertes es morirse. Vendría a ser algo así como el Beto Quantró de la industria cinematográfica. Cuando uno lo ve aparecer en pantalla, sabe que eventualmente va a pasar algo y se va a morir.
Ya sea por disparos a sangre fría en la cara y/o cráneo, pulverizado en una trituradora de madera o simplemente a los cuchillazos, el factor común siempre es la violencia. Lo cual es lógico, ya que si feneciera de muerte natural en cada película, éstas durarían varias horas y el efecto dramático sería considerablemente menor.
Tiene la capacidad de dar vida a personajes realmente patéticos, pero que en general resultan queribles y siempre nos sacan alguna que otra sonrisa. Como muchos otros actores de reparto (Seymour Hoffman, Giamatti, etc), ha conseguido grandes papeles protagónicos que lo hicieron más conocido para la gilada y pudieron explotar sus interpretaciones.
Momento cinematográfico por el cual lo recordaré siempre: Tiene muchísimos, pero yo me quedo con el bautismo de Mr. Pink en Reservoir Dogs (1992). Because you're a faggot, alright!
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