sábado, 20 de abril de 2013

¡Porque yo lo digo!

Hay miles de cientos de comedias. Tal vez un poco menos, pero eso no es lo importante. Hay dos, dos nomás, que pueden ser consideradas como las mejores comedias alguna vez filmadas: Muertos de Risa (1999), de Álex de la Iglesia; y Life of Brian (1979), de Monty Python.

Ambas merecen un post individual, y eso es precisamente lo que voy a hacer. Hoy le toca a Muertos de Risa. Razón principal, ayer la vi por tercera vez y la tengo fresquita. Qué feo eso que dije.

Álex de la Iglesia se caracteriza por hacer un cine plagado de humor negro, violencia innecesariamente cómica y personajes absurdos, y esta es su mejor realización. Utilizando como excusa la historia de dos cómicos de pueblo (o un barman y un imitador de Nino Bravo) muestra como los celos pueden destruir hasta las mejores cosas. Y algo de la historia reciente de España, y algo de la naturaleza humana, dispuesta a desgaitarse de risa cada vez que alguien recibe una cachetada.

Puesto de esa manera parace algo serio, pero no lo es. Desde el comienzo hasta el final, me resulta, por lo menos a mí, complicadísimo el hacer fuerza para dejar de reirme. El guión es ingeniosísimo, plagado de detalles hilarantes, que se disfrutan tanto la primera como la tercera vez.


Las actuaciones son prácticamente insuperables: Santiago Segura (más conocido por el personaje de Torrente) y El Gran Wyoming, un médico/actor que, como curiosidad, fue conductor de CQC en el país campeón del último Mundial. Representan a Nino y Bruno, respectivamente. Uno es un gordito tímido que se paraliza cada vez que se encuentra frente a una audiencia, y el otro es un buscavidas descarado que haría todo lo posible por tener éxito.


En fin, veanla veanla veanla. Y si alguien opina que hay otras comedias más graciosas, a ver, que las nombren.

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