sábado, 27 de abril de 2013

Se va la segunda, nomás

Ya había aclarado en otro artículo que las mejores comedias no eran ni una (porque si no el plural estaría muy mal utilizado) ni tres, sino dos. La primera, que a esta altura del partido todo lector del blog ya debe haber visto (porque estas películas no se recomiendan, se obligan a ver por el bien del prójimo) era Muertos de Risa (1999). La segunda es Life of Brian (1979).

Dirigida por los geniales Monty Python (un grupo de seis cómicos ingleses que estableció una cota muy alta en lo que a humor se refiere), cuenta la historia de un habitante de Judea que nace el mismo día que Jesucristo pero que, a diferencia de éste, es completamente común y corriente. Esto no le impide unirse a un grupo de fundamentalistas que quiere expulsar a los romanos (Romani ite domum!), pasar por profeta o viajar en una nave espacial.

Toda la película está inundada por el humor inteligente y delirante de los Python, separado en sketchs con más o menos cohesión, algunos de los cuales son brillantes (la lapidación, Bigus Dickus). O sea, en uno o dos momentos se puede llegar a llorar de la risa y en otros a llorar de tristeza. Bueno, eso es mentira, toda la película es una gran broma contra todo lo que se considera serio, la religión, la política, el amor y son muy pocos sus puntos flojos. O sea, veanlá.

Y como después se van a quedar con ganas de más, pueden conseguir The Holy Grail (1975) que algunos herejes dicen que es más graciosa todavía. Si les interesa el lado más serio de la cuestión, pueden dedicarse un rato a la filmografía de Terry Gilliam, uno de los integrantes del grupo, que entre otras fantasías surrealistas dirigió Brazil (1985) y Fear and Loathing in Las Vegas (1998).

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